
El jueves 27 de enero de 2022 tomó posesión como nuevo párroco de Nuestra Señora del Carmen, La Tigra, el Padre Félix Ismael Quispe Quispe, de la Congregación del Verbo Divino.
“Contar con un nuevo párroco y pastor es una gracia y un don para la comunidad parroquial. En este caso, para la Diócesis de Ciudad Quesada es una doble bendición por la presencia de la Congregación Verbo Divino, que de manera desprendida viene a servir a nuestra Iglesia particular. Agradezco al Padre General y al Padre Provincial”, señaló Monseñor José Manuel Garita Herrera, obispo de Ciudad Quesada, en la homilía.
La celebración presidida por el obispo, estuvo compuesta de varios signos en el rito de toma de posesión. “Esto nos conduce a conocer una riqueza y significado especial del ministerio sacerdotal. El párroco actúa en nombre del obispo, como pastor propio de la comunidad. Él continúa y hace presente las mismas acciones de Jesucristo, Buen Pastor”, destacó Monseñor Garita.
“El párroco ha de ser el gran guía y animador de la comunidad: que lleva a conocer, amar y seguir al Señor, a conducir a los fieles por el camino de la salvación y de la vida eterna. ¡Al que tenemos que conocer y amar es a Jesucristo!”, agregó.
El obispo hizo referencia al Evangelio de San Marcos, y su enseñanza, proclamada este día: “nos habla de la imagen de la vela que no se esconde, sino que debe iluminar. El sacerdote debe ser ese testimonio luminoso de todos, pero hoy especialmente para el párroco significa alumbrar, iluminar, guiar con su palabra y enseñanza, pero sobre todo con su testimonio. Hermanos, todos estamos llamados a ser luz, no tinieblas. Debemos ser luz del mundo y sal de la tierra”.

Para el obispo, el sacerdote, sobre todo el párroco, está llamado a ser un servidor llamado a dar la vida, entregarse a semejanza de Cristo siervo y esclavo, que ha venido no a que lo sirvan, sino a servir.
Igualmente, Monseñor Garita hizo un llamado a la comunidad parroquial: “para la misión que debe llevar adelante el párroco, es necesaria la ayuda y apoyo de la comunidad. Su Ministerio no es para él, sino para ustedes. Se espera su compañía, cercanía y colaboración para con el párroco. La Parroquia es comunidad de fe y amor, servicio y testimonio, unidad y comunión”.
Dentro de los ritos estuvo la entrega de las llaves del templo parroquial, la entrega de la sede bautismal y la sede penitencial, el altar y el sagrario, para cerrar con la sede presidencial, desde donde el pastor está llamado a compartir la vida de su comunidad y de conducir al rebaño a Dios.