De males, Dios saca bienes

LV aniversario erupción y tragedia Volcán Arenal, Viernes 28 de julio de 2023, Parque Nacional Volcán Arenal, 10:00 a.m.

Agradezco sinceramente la invitación a compartir este 55 aniversario del despertar, erupción y tragedia del Volcán Arenal, ocurrida el lunes 29 de julio de 1968 a las 7:30 a.m. Recordamos a las aproximadamente 80 víctimas mortales entre pobladores de Pueblo Nuevo y Tabacón, rescatistas, voluntarios y curiosos también. Quiero hacer un reconocimiento y expresar mi gratitud a los personeros del Parque Nacional, líderes comunales y empresa privada por la iniciativa de esta conmemoración para mantener viva la memoria de este acontecimiento histórico-natural.

Oramos y ofrecemos especialmente esta Eucaristía por el descanso eterno de todas esas víctimas, por sus familiares y también por las personas que aún sobreviven de esta tragedia natural que puso de manifiesto la fuerza y el impacto de la naturaleza: alrededor de 80 fallecidos, 15 kilómetros cuadrados de terreno devastado, más de 4.000 personas evacuadas, 4 días continuos de explosiones y aproximadamente 30.000 cabezas de ganado perdidas.

Frente a las maravillas y manifestaciones de la creación y de la naturaleza experimentamos asombro y estupor, temor e impotencia también. Podríamos decir que igualmente son expresión del poder de Dios que ha creado el mundo con sus elementos y leyes propias. El despertar y erupción del Volcán Arenal de hace 55 años, fue consecuencia de un proceso natural y volcánico que acabó lamentablemente en la tragedia que hoy conmemoramos.

Sin embargo, hoy en día estamos presenciando fenómenos naturales con consecuencias graves y dolorosas para la humanidad, por culpa del mismo ser humano, y no tanto por causas de la naturaleza. Esto tenemos que decirlo con claridad y por responsabilidad. Los fenómenos y catástrofes naturales que presenciamos en la actualidad deben ser un claro llamado al cuidado y al uso responsable de toda la obra creada hecha por Dios para nuestro bien. No podemos ni debemos abusar del ambiente y de sus recursos. Tenemos que ser responsables con Dios que ha creado, con la misma creación, con nosotros mismos y especialmente con las futuras generaciones. Insisto, la voluntad y el proyecto de Dios, al darnos toda la obra creada, es la consecución de nuestro propio bien. Dios creó para bien; Dios vio que todo lo que había creado era bueno.

Como siempre, la palabra de Dios nos ilumina y alecciona para nuestra vida. La primera lectura del Éxodo nos ha narrado la promulgación del Decálogo, los diez mandamientos, los preceptos de la alianza que manifiestan la voluntad de Dios para con su pueblo Israel, y ahora para nosotros. Los mandamientos se resumen en hacer el bien y evitar el mal, en honrar a Dios y respetar al prójimo. Con el salmo 18 hemos respondido: “ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad”. Dios, como Bien Supremo, nos invita a hacer su voluntad que siempre nos llevará por caminos de bien y bienestar para todos.

Por su parte, el evangelio de San Mateo nos ha presentado la explicación de la parábola del sembrador. Hay terrenos malos donde la semilla no germinó ni dio fruto, pero también hay un terreno bueno. El llamado y enseñanza de la parábola para nosotros es a ser terreno bueno: escuchar y acoger la semilla de la palabra de Dios para dar frutos de bien: amor, solidaridad, justicia, responsabilidad, honradez.

Reza el refrán popular que “De males, Dios saca bienes”. El despertar de este volcán hace 55 años -y que causó tanto daño, mal y muerte- se convirtió en una oportunidad de bien para toda esta zona, principalmente a través del desarrollo turístico, la actividad económica y agropecuaria. Aprendamos de nuestros antepasados, principalmente de las víctimas que hoy recordamos y que se distinguieron por su trabajo, esfuerzo, solidaridad y capacidad de hacer el bien. Que estos valores nos motiven y desafíen a la vez para dar lo mejor de nosotros mismos, para respetar la maravillosa obra creada por Dios, para aprovechar todos los medios y oportunidades para hacer el bien y aspirar así a una humanidad y un mundo mejor según el querer de Dios y para bien de todos. Que el Señor nos ayude y que así sea.