Saludo en el Centenario de la Arquidiócesis de San José

Saludo de la Conferencia Episcopal de Costa Rica en el Centenario de la Arquidiócesis de San José

Martes 16 de febrero del 2021, Catedral Metropolitana de San José

Mons. José Manuel Garita Herrera/Presidente

Muy buenas tardes:

En nombre de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, expreso un sincero y fraterno saludo a la Arquidiócesis de San José, en la persona de su pastor el Excmo. señor Arzobispo, Mons. José Rafael Quirós Quirós, y del Excmo. señor Obispo Auxiliar, Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez, en el feliz centenario de su elevación a la condición de Metropolitana.

La ciudad de San José hunde sus raíces en la ermita del poblado colonial de San José de la Boca del Monte, que hemos recordado hoy, y cuyo patrocinio josefino destacamos en este inicio del año dedicado al Santo y muy querido Patriarca. La Arquidiócesis que nace de la Diócesis única de San José, es hija a su vez de la antiquísima Diócesis de León de Nicaragua, sufragánea en su momento de las Metropolitanas de Sevilla, Lima, México y Guatemala.

La estructura de las Provincias Eclesiásticas, que brota de los orígenes mismos de la Iglesia universal, está presente claramente en la finalidad que recoge la hodierna normativa canónica de “promover una acción pastoral común en varias Diócesis vecinas” y “para que se fomenten de manera más adecuada las recíprocas relaciones entre los Obispos diocesanos” (c.431 § 1).

Esta “acción pastoral común” y las “relaciones recíprocas entre los Obispos” que hasta 1921, dadas las dificultades de comunicación y de cercanía de entonces, se hicieron poco evidentes en la Iglesia de Costa Rica, pero que, felizmente, desde hace 100 años, se pudo concretar en la labor de comunión de los tres Obispos que por vez primera tuvo nuestra nación en su historia, impulsando en unidad iniciativas como la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles, el Seminario, las misiones populares, las Obras Misionales Pontificias, la catequesis parroquial, el acompañamiento de la juventud, la educación, la justicia social, la cuestión obrera, entre otros, permitiendo que la Iglesia costarricense continuara su misión de iluminar y permear todas las realidades desde el Evangelio de Cristo, su principal e innegable contribución en nuestra ya casi bicentenaria historia nacional independiente.

Este trabajo de comunión pastoral y de relaciones fraternas entre los Obispos, presididas desde la Provincia Eclesiástica por el Arzobispo Metropolitano, Mons. Rafael Otón Castro Jiménez, el primero, a quien hoy recordamos de manera especial, y todos y cada uno de sus seis muy dignos sucesores quienes, además –hoy lo reconocemos y lo agradecemos– a lo largo de estos 100 años, junto a los sacerdotes, consagrados y consagradas, laicos y laicas, se han gastado y desgastado para anunciar la Buena Nueva del Evangelio en el territorio arquidiocesano.

Los obispos de Costa Rica hacemos votos para que la Arquidiócesis de San José, hoy en cada una de sus 110 Parroquias, y toda la Iglesia costarricense, desde cada una de sus ocho Diócesis, en profunda comunión recíproca y en unidad con la Iglesia universal en la persona del Papa, continúen la gozosa misión profética y de servicio, en fidelidad al mandato del Señor Jesucristo, como lo han hecho, en medio de luces y sombras propias de la realidad humana, pero con abnegada generosidad y entrega, a lo largo de toda su historia, siempre con la intercesión de nuestra Señora de los Ángeles y del glorioso Patriarca San José.

Felicitaciones y ¡ad multos annos!