
Saludo de la Conferencia Episcopal de Costa Rica en el Centenario de la Diócesis de Alajuela.
Martes 16 de febrero del 2021, Catedral de Alajuela.
Mons. José Manuel Garita Herrera/Presidente.
Muy buenas noches:
La Diócesis de Alajuela celebra hoy el centenario de su erección. Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica nos alegramos por este magno acontecimiento y, expresamos un sincero saludo de felicitación a todo el Pueblo de Dios alajuelense, en la persona de su pastor, nuestro hermano Mons. Fray Bartolomé Buigues Oller T.C.
Esta Diócesis de Alajuela, que nace hoy hace 100 años, fue desmembrada de la Diócesis única de San José de Costa Rica, hija a su vez de la antiquísima Diócesis madre de León de Nicaragua, fruto de un largo período previo de fértil y gozosa siembra de la Palabra de Dios, por lo que hoy recuerda y agradece, y nosotros con ella, a quienes antes de 1921 animaron el camino pastoral de estas tierras e hicieron posible que se llegara la creación de la nueva Diócesis.
Esta Diócesis de Alajuela que, con la gracia del Señor, animó la evangelización en el vastísimo territorio original diocesano, cubriendo las tres Provincias civiles de Alajuela, Guanacaste y Puntarenas.
Esta Diócesis de Alajuela que, a lo largo de sus 100 años de historia, como signo de su madurez pastoral, ha posibilitado el nacimiento de las cuatro nuevas Diócesis de San Isidro de El General –en buena parte de su territorio–, Tilarán-Liberia, Puntarenas y Ciudad Quesada.
Esta Diócesis de Alajuela, y nosotros con ella, que valora y reconoce la tarea pastoral de todos y cada uno de los siete Obispos –Mons. Antonio del Carmen Monestel Zamora el primero– que, a lo largo de estos 100 años, junto a los sacerdotes, consagrados y consagradas, laicos y laicas, con gran generosidad han continuado la gozosa misión de anunciar el Evangelio de Jesucristo, buscando iluminar con la luz de la Palabra de Dios todas las situaciones humanas, especialmente de los más pobres y necesitados, y siendo servidora que busca transformar las realidades de injusticia en la búsqueda de caminos de fraternidad y solidaridad.
Rogamos al Señor de la historia que continúe bendiciendo con fidelidad y capacidad pastoral creativa a esta Iglesia diocesana de Alajuela, en comunión con toda la Iglesia costarricense y universal, y con la especial protección de Nuestra Señora del Pilar y del santo presbítero y confesor San Juan Nepomuceno.
Felicitaciones y ¡ad multos annos!