
El pasado jueves 25 de enero, en la Catedral Metropolitana en San José, se llevó a cabo la Ordenación Episcopal de Monseñor Daniel Francisco Blanco Méndez, como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de San José. Esto es una gracia de Dios para la Iglesia particular arquidiocesana pero en general para toda la Provincia Eclesiástica de Costa Rica.
En la homilía, Monseñor José Rafael Quirós, Arzobispo de San José, indicó: “el obispo tiene como misión, conquistar el mundo para Dios, haciendo uso de la fuerza de la misericordia, la cercanía, la convicción sincera de lo que predica, sin imposición alguna, proponiendo todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios revelada”.
Fue Monseñor José Rafael el Obispo Consagrante, y como Co-Consagrantes, le acompañaron Monseñor Hugo Barrantes, Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis, y Monseñor Antonio Arcari, Nuncio Apostólico en Costa Rica. A la celebración asistieron los obispos del país, clero de todo Costa Rica, seminaristas, religiosos y religiosas y gran cantidad de fieles que dieron muestra de comunión.
Recordamos también estas palabras de nuestro Obispo, Monseñor José Manuel Garita, el día que se dio el nombramiento de Monseñor Daniel: “Mi oración ferviente y confiada por el ministerio del nuevo obispo, quien fuera destacado alumno mío de derecho canónico en el Seminario Nacional. El Señor haga muy fecundo su ministerio episcopal. La Virgen y San José le acompañen y asistan siempre”.
Como Iglesia, oramos por este Ministerio de Monseñor Daniel Blanco, quien expresó la palabra “gracias”, salida de lo profundo de su corazón, primeramente a Dios por haberlo llamado a la “vida”, así como el agradecimiento por su familia, “porque me ha llamado a ser parte de su Iglesia y a servirle en el ministerio ordenado”.
Destacó el nuevo Obispo: “Quiero ser un pastor con olor a oveja”.