Cambio de actitud

El próximo 1° de enero, la Iglesia celebra la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Ella nos acompaña e inspira como creatura excepcionalmente preparada y bendecida por Dios; ella fue el instrumento que eligió el Padre para darnos a su Hijo, Cristo el Señor, el Mesías prometido y esperado, el Salvador y Redentor del mundo. María fue instrumento dócil y obediente de Dios para llevar a cabo su plan de amor y salvación.

La Iglesia, al iniciar el año civil, nos propone a María como modelo de fe, confianza, esperanza y entrega a Dios.

Al ir acabando este 2022, y con miras al año nuevo, preguntémonos, ¿cuál es el plan de Dios en nuestras vidas? Sin ninguna discusión es un plan amoroso que quiere la felicidad para cada uno de nosotros. Preguntémonos, entonces, ¿cómo es nuestra respuesta? ¿Daremos testimonio como María, nuestra madre, para llevar a cabo su voluntad?

Sirva este cambio de año civil para que podamos hacer un alto en nuestro camino, el cual, muchas veces recorremos de manera acelerada, sin tiempo para la reflexión, sin tiempo para percibir a Dios en medio de nosotros, o sin el silencio para poner en sus manos nuestras decisiones.

Cuando se avecina un año nuevo siempre se hacen largos listados de promesas que tienden a que seamos mejores, a alcanzar metas preciadas, a concluir proyectos en los que hemos venido trabajando… Todo eso está bien. Pero, propongámonos, en ese listado que hacemos, a ser mejores hijos de Dios, a vivir verdaderamente según la dignidad que él nos ha conferido.

En medio de nuestra fragilidad humana, muchas veces no alcanzamos lo que nos proponemos, o vemos truncadas algunas de nuestras esperanzas o sueños. Sin embargo, con la ayuda de Dios, sabemos que, en su amorosa voluntad, todo sucede para nuestro bien (cfr. Romanos 8, 28).

Asumamos la actitud de María que, humilde y sencilla, siempre dijo sí al Señor para ser instrumento de paz, para que se cumpliera la obra de salvación que nos alcanza a todos en la humanidad.

Corremos la tentación de poner nuestras esperanzas en bienes materiales o de inspirarnos en solo nuestras fuerzas, olvidando que Dios es más poderoso que nosotros. No olvidemos que él es nuestra esperanza verdadera, la que no defrauda (Romanos 5, 5).

Pongamos en manos de Dios el año 2023; que podamos superar por completo la pandemia que por varios años nos ha golpeado; que logremos dejar atrás sus secuelas. Solo juntos podremos salir adelante.

Tengamos, más allá de un cambio en el calendario, un verdadero cambio de actitud, siendo más humanos, más solidarios, más llenos del amor de Dios, siendo instrumentos de su palabra, de su paz… mensajeros de la esperanza y la alegría que él nos da.

Pidamos la intercesión de Santa María, para que podamos imitar su ejemplo y llevar a buen puerto el año nuevo que se avecina.

Fermento 248. Martes 27 de diciembre, 2022