
El próximo 25 de julio la Iglesia Católica celebrará la I Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. Valga esta oportunidad para reconocer la historia que hay en cada una de estas personas que son un regalo para nuestra sociedad.
¡Cuidemos y valoremos a nuestros abuelos! Este es el primer mensaje que quiero compartirles. No son pocos los que muchas veces están en soledad y abandono, y otros más los que han sido olvidados. Esta lamentable realidad constituye una herida para nuestro mundo, pues se deja de lado la dignidad de las personas que por muchos años nos sirvieron y brindaron sus conocimientos, aportes y experiencias, y que hoy, por razones de su edad, no se les valora.
Con motivo de esta I Jornada, que instituyó el Papa Francisco, en su mensaje, el Santo Padre recoge el momento histórico actual y complejo que vivimos, el cual ha dificultado e impedido la cercanía para con nuestros adultos mayores.
Por ello, producto de la pandemia generada por el COVID-19, hubo que aislar a los abuelos para protegerlos y cuidarlos, para evitar que esta enfermedad les hiciera más daño; rezamos hoy por tantas víctimas de edad avanzada que han fallecido a causa de la pandemia.
Por este motivo, el Santo Padre, pone un especial énfasis en esta Jornada que se celebra aún en medio de la pandemia.
“Cuando todo parece oscuro, como en estos meses de pandemia, el Señor sigue enviando ángeles para consolar nuestra soledad y repetirnos: ‘Yo estoy contigo todos los días’. Esto te lo dice a ti, me lo dice a mí, a todos. Este es el sentido de esta Jornada que he querido celebrar por primera vez precisamente este año, después de un largo aislamiento y una reanudación todavía lenta de la vida social. ¡Que cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada persona mayor —sobre todo los que están más solos— reciba la visita de un ángel!”, dice el Papa Francisco.
No nos olvidemos de quienes han forjado nuestras vidas y nuestra sociedad, no los dejemos solos ni los abandonemos.
En tiempos en que sabemos que la población adulta mayor crece de modo acelerado, es momento también para que reflexionemos sobre nuestras acciones de cara al cuidado que debemos tener con ellos.
Hay factores muy positivos para valorar la presencia de más adultos mayores, como lo es el aumento de la esperanza de vida o los avances en medicina que han permitido tender la mano y mejorar las condiciones de salud. Sin embargo, hay también otros factores que impulsan la baja natalidad en la sociedad, o que provocan la muerte del niño no nacido, que hacen esa brecha más grande entre la sociedad adulta mayor y la más joven.
De acuerdo al informe de la ONU, World Population Prospect, se espera que la población de adultos mayores en el mundo se duplique en el año 2050. Según la publicación, el número de personas de 60 años o más, que fue de mil millones en 2019, aumentará un 34% hasta alcanzar los 1.400 millones en 2030.
Esto debe llevarnos a pensar en cómo cuidaremos de estas generaciones. Lejos de nosotros la cultura de la indiferencia, el abandono y el descarte. Lejos de nuestra sociedad las ideas que también pretenden acabar con la vida de los adultos mayores.
Que el Señor bendiga, cuide y recompense a nuestros abuelos y adultos mayores, y que todos asumamos nuestra responsabilidad para contribuir a darles calidad de vida conforme a su dignidad y a lo mucho que generosamente nos han dado.
Fermento 173. Martes 20 de julio, 2021