
Con la idea de utilizar un símbolo que permita identificarnos como Diócesis, se creó un logotipo que empieza a utilizarse desde este miércoles 6 de febrero de 2019. La idea es que este logotipo pueda ser utilizado en nuestras redes sociales, en comunicaciones de la Diócesis, como un elemento que facilite visualizarnos.
La creación del logotipo va de la mano con identificarnos con Jesucristo, el Hijo de Dios que nos trajo la salvación por medio de la cruz y que se quedó en medio de nosotros en la Eucaristía. También destaca a nuestro Santo Patrono, San Carlos Borromeo y desde luego nos une con María, nuestra Madre, que nos lleva hacia Jesús.
A continuación, la explicación de los elementos de este logotipo, relacionados también a la fuente de vida que encontramos en la Palabra de Dios.

La forma circular:
El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar. Aparece también, dentro del círculo principal, la silueta en rojo (la cual bordea también el círculo en el exterior) de un círculo, como señal también de la Eucaristía, donde se dio el sacrificio de Jesús, de su sangre derramada por todos nosotros.
Jn 6, 35 (Jesús les respondió: «Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.)
La cruz:
Símbolo cristiano donde estuvo clavada la salvación del mundo, donde el Hijo de Dios fue exaltado.
Flp 2, 8, 9 (Se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,).
San Carlos Borromeo:
Su silueta representa al Padre y Pastor que es patrono de nuestra Diócesis. Es patrono también de catequistas y seminaristas. Su humildad, caridad, generosidad, y también su sabiduría puesta al servicio de Dios son inspiración para quienes peregrinamos en nuestra Diócesis.
“Las almas se conquistan con las rodillas”, San Carlos Borromeo, entregado también a la oración.
Color rojo:
El don del Espíritu Santo ha sido derramado para que anunciemos a otros la alegría del Evangelio. El Espíritu nos da la fuerza. Es color de sangre y fuego.
Hch, 2-4 (Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse).
Color azul:
En el peregrinar de la Iglesia, María siempre nos acompaña. Fue dada como nuestra madre y nos da la fortaleza para decir sí y continuar adelante.
Jn 2, 5 (Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga»)

Misión
Evangelizar es la identidad más profunda y vocación propia de la Iglesia, es decir, llevar la buena noticia de Jesucristo a todos los seres humanos, de tal forma que, encontrándose con Él y permaneciendo en Él, alcancen la alegría verdadera.