Domingo de Ramos: Humildad, la gran lección

A las 10:15 a.m. inició la celebración del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, en el Colegio Diocesano Padre Eladio Sancho, en el marco también del comienzo de la Semana Santa. Como hace dos años no se hacía, nuevamente los fieles de la Iglesia Católica salieron a las calles, para manifestar la fe y devoción de manera viva y llenos de esperanza.

“Demos gracias por estar aquí: celebración presencial y comunitaria de la fe”, expresó Monseñor José Manuel Garita Herrera, Obispo de Ciudad Quesada.

Un mensaje con gran significado y enseñanza nos ha dejado Jesús, según expresó el prelado, tras la lectura del Evangelio, en las afueras de la Capilla del Colegio Diocesano.

“La gran lección de hoy: la humildad. Humildemente aclamemos y glorifiquemos con nuestros cantos y ramos al Rey de paz que entra hoy en Jerusalén para salvarnos con su pasión y muerte. Entremos con él a hacer Pascua en estos días. Pidámosle el corazón sencillo y humilde que tanto necesitamos”, comentó Monseñor Garita.

Según nos dijo en la breve reflexión antes de salir en procesión hacia la Catedral de Ciudad Quesada, Jesús no entró en un caballo, que es símbolo de poder militar y guerra, de acuerdo al tiempo que vivió. Jesús entró en un burro o asno, símbolo de paz y sencillez, animal de los sencillos y humildes, de los que no tienen poder y no provocan guerra, comentó el Obispo de Ciudad Quesada.

“Jesús no representa el poder terreno, sino el amor, la misericordia, la paz, la verdad y la justicia. No es rey poderoso, sino humilde. Necesitamos la humildad. Humilde viene de ‘humus’, es decir a ras de suelo, estar abajo. Él se rebajó. Necesitamos la humildad en el mundo para vivir la paz y no la guerra”, agregó.

También señaló en su reflexión que la humildad nos ayudará a sacar el país adelante, que nos ayudará en la familia, el trabajo, en la comunidad, para vivir unidos en amor y, “humildad para ponernos delante de Dios”, finalizó.