
Breve reseña histórica del relato del hallazgo de la imagen de la Virgen de los Ángeles, en la entronización de su imagen-mosaico en los Jardines Vaticanos.
Ciudad del Vaticano, 26 de octubre de 2021.
El relato del hallazgo de la imagen de la Virgen de los Ángeles, tal como lo conocemos hoy, dice: “Un 2 de agosto, una joven que vivía en el lugar llamado ‘La Puebla de los Pardos’, en las afueras de la ciudad de Cartago, capital colonial de la Provincia de Costa Rica, iba a recoger leña como de costumbre en medio del bosque. Sobre una roca, cerca de un manantial, encontró una pequeña escultura de piedra de una mujer con un niño en brazos. Ella decidió llevársela para su casa, donde la guardó en una caja. Al día siguiente, volvió al mismo sitio, y encontró una muñeca de piedra igual a la hallada el día anterior, se la llevó para su casa, pensando que tendría dos, pero cuando llegó a buscarla se dio cuenta que no estaba, así que volvió a guardar la imagen hallada nuevamente. Lo mismo sucedió al tercer día, pero esta vez se la llevó al cura párroco de la ciudad, quien la guardó en una caja. Al día siguiente el sacerdote al buscar la imagen, para su sorpresa, no la encontró. La joven volvió al lugar del hallazgo y encontró allí la imagen, así que se la llevó de nuevo al sacerdote, quien la guardó en el sagrario de la Parroquia. Al día siguiente el cura abrió el sagrario y no la encontró, sino que la imagen fue hallada en el mismo sitio junto al río, por lo que el sacerdote comprendió que aquello era un mensaje de la Virgen; ella deseaba estar en el bosque sobre la roca donde fue hallada, por lo que construyeron una pequeña ermita en su honor, donde actualmente se encuentra la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago”.
Este conocido relato se trasmitió oralmente de generación en generación, hasta que se puso por escrito en diversos textos del siglo XIX e inicios del siglo XX. Pero, históricamente, hay gran cantidad de fuentes documentales que testimonian la particular devoción hacia la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles desde el siglo XVII, primero en Cartago y luego en toda Costa Rica, pues consta que la imagen fue objeto de devoción, promesas y tributos, por parte del pueblo y de las autoridades eclesiásticas y civiles.
La fecha del hallazgo se ubica el 2 de agosto de 1635, día de la fiesta franciscana de Santa María de los Ángeles. De esta advocación originalmente franciscana nuestra venerada imagen toma su nombre.
Consta que ya para diciembre de 1639 se levantaba una ermita en honor de la imagen en el mismo lugar del hallazgo. En junio de 1648 –apenas a trece años del hallazgo– el cura de Cartago y Vicario General de la Provincia, P. Baltazar de Grado nombra al primer mayordomo de la ermita, quien el 21 de mayo de 1649 recibe licencia del mismo sacerdote para solicitar limosnas para la ermita en todo el territorio de la Provincia de Costa Rica, con lo cual, el culto a la imagen recibe el respaldo inicial de la autoridad eclesiástica provincial y su devoción comienza a difundirse por toda la geografía costarricense.
En mayo de 1652 –a tan sólo diecisiete años del hallazgo de la imagen– se fundó la Cofradía de Nuestra Señora los Ángeles en Cartago. Y, el 22 de enero de 1653, el Obispo de Nicaragua y Costa Rica, Fray Alonso Briceño O.F.M. (1644-1653), aprueba las constituciones de dicha Cofradía; con lo que ahora la autoridad episcopal estaba aprobando la devoción a la imagen, presentándola desde entonces como “milagrosa”.
Para 1678 consta que la ermita en honor de la imagen de la Virgen está en pie en el mismo lugar en que fue hallada. Desde entonces la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles fue objeto de innumerables muestras de devoción y aprecio, particularmente en momentos apremiantes para la Provincia de Costa Rica, donde se solicitó su especial amparo y protección ante temblores, erupciones volcánicas, pestes o plagas.
En 1739 el Obispo de Nicaragua y Costa Rica, Dr. don Domingo Antonio de Zataraín (1736-1741), en visita canónica a Cartago, declaró día feriado preceptivo el 2 de agosto. Mientras que el Obispo, Pedro Agustín Morel de Santa Cruz y Lora (1749-1753) en el informe de su visita canónica a Costa Rica de 1751, después de lamentar la segregación racial que sufrían los mulatos y los pardos de La Puebla, escribe: “[…] la Reina del Cielo, que tanto se esmera en favorecer a los humildes, les ha hecho la honra de habitar entre ellos y que aquel barrio tenga su mismo apellido; quiero decir que en el propio barrio hay una efigie de Nuestra Señora de los Ángeles, muy milagrosa […]”.
El 14 de agosto de 1782, el obispo de Nicaragua y Costa Rica, Dr. don Esteban Lorenzo de Tristán y Esmenota (1775-1783), en nueva visita episcopal a nuestra Provincia, declaró el patronato de Nuestra Señora de los Ángeles sobre la ciudad de Cartago, ratificó además la obligación de guardar como festivo el 2 de agosto y concedió oficio litúrgico propio para la festividad, significando la ratificación más fuerte que la autoridad episcopal podía dar de su culto.
En 1821, con ocasión de la declaración de la independencia nacional, cuyos 200 años acabamos de conmemorar, también el amparo de Nuestra Señora de los Ángeles acompañó a nuestra naciente patria; pues el 13 de octubre de 1821, en el acta de la sesión en que se conocieron los documentos de la independencia llegados desde Guatemala y Nicaragua, las autoridades y los vecinos de Cartago acordaron que el Domingo de 21 de octubre siguiente se celebrara una Santa Misa de rogación a la Virgen de los Ángeles, pidiendo luz para las futuras decisiones que, efectivamente se tomaron el 29 de octubre siguiente, con la declaratoria de nuestra independencia.
El 23 de setiembre de 1824 la Asamblea Constituyente de Costa Rica declaró a la Virgen de los Ángeles Patrona del nuevo Estado costarricense. También durante la guerra nacional contra los filibusteros en 1856 y 1857 se invocó la especial protección de Nuestra Señora de los Ángeles. En 1924 el Congreso Nacional de la República renovó la declaratoria del Patronato de Nuestra Señora de los Ángeles.
El 26 de noviembre de 1924 la entonces Sagrada Congregación de los Ritos aprobó el nuevo oficio litúrgico de la Patrona de Costa Rica y, finalmente y de suma importancia, la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles recibió solemnemente la coronación pontificia el 25 de abril de 1926, por decisión del Santo Padre Pío XI (1922-1939), de feliz memoria. Ambos acontecimientos representan el invaluable reconocimiento pontificio a la devoción a nuestra venerada imagen.
Sin duda que, la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles, desde su hallazgo en Cartago en 1635, ha sido referente del ser nacional y punto de confluencia de todos los costarricenses.
Todas las etnias, afrodescendientes, mulatos, indígenas, mestizos, españoles, ricos y pobres han podido ver en la imagen de la Virgen morena a quien les protege y su culto ha sido determinante en nuestra configuración fraterna e igualitaria, sin injustas distinciones raciales o sociales de nuestra sociedad, contribuyendo así a la afirmación de los valores democráticos que permanecen inalterables, ya a lo largo de 200 años, en las instituciones jurídicas, civiles, políticas y sociales costarricenses.
Por ello, este día, 26 de octubre del año del Señor 2021, entra a formar parte de nuestra historia eclesiástica, dado el profundo significado de este acto, por lo que agradecemos de corazón la entronización de esta imagen de nuestra patrona en estos Jardines Vaticanos, sin duda un honor, una gracia y una bendición para Costa Rica, signo de la comunión de la Iglesia que peregrina en nuestra nación con el Santo Padre y, a su vez, de la cercanía espiritual del Romano Pontífice con nuestra patria.
Mons. José Manuel Garita Herrera.
Obispo de Ciudad Quesada. Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.
Video del momento de la bendición