Escuchar, creer y amar

Mensaje con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Domingo 29 de mayo de 2021, Solemnidad de la Ascensión del Señor.

“La fe viene de la escucha”, Cfr. Romanos 10, 17

En el marco de la 56 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, reflexionamos sobre la importancia de las herramientas que nos permiten acercarnos, comunicar más allá de nuestras fronteras y utilizar la invención humana al servicio de la evangelización.

Desde el Concilio Vaticano II, en el decreto Inter mirifica, sobre los medios de comunicación social, se nos decía en el número 2: “La madre Iglesia sabe, en efecto, que estos medios, si se utilizan rectamente, proporcionan valiosas ayudas al género humano, puesto que contribuyen eficazmente a descansar y cultivar el espíritu y a propagar y fortalecer el Reino de Dios”.

Lamentablemente, en muchas ocasiones, estos medios son utilizados para difundir mentiras y provocar redes de odio separando, incluso, a seres queridos que no han sabido cultivar una adecuada comunicación.

“Estamos perdiendo la capacidad de escuchar a quien tenemos delante, sea en la trama normal de las relaciones cotidianas, sea en los debates sobre los temas más importantes de la vida civil. Al mismo tiempo, la escucha está experimentando un nuevo e importante desarrollo en el campo comunicativo e informativo, a través de las diversas ofertas de podcast y chat audio, lo que confirma que escuchar sigue siendo esencial para la comunicación humana”, nos dice el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada de este 29 de mayo de 2022.

Precisamente, nos dice la Palabra de Dios que “la fe viene de la escucha” (Cfr. Romanos 10, 17). De ahí la importancia de prestar atención, disponer los oídos y el corazón, pues como lo señala también el autor sagrado “pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos” (Santiago 1, 22).

Como lo hemos dicho en otros momentos, comunicar a Cristo es dar testimonio cristiano, pues según dice la Real Academia Española, comunicar es “hacer a una persona partícipe de lo que se tiene”. Si tenemos a Cristo, lo podemos compartir con los demás.

Es precisamente en este proceso de comunicación que como bautizados estamos llamados a llevar a Cristo, con nuestros pensamientos, palabras y acciones.

No se entiende un cristiano que no comunique los sentimientos de Cristo y que, más bien, refleje desesperanza u actos contrarios al amor que se nos ha dado. Si no llevamos la fe a la práctica, esta queda estéril en nosotros y no podremos dar verdadero testimonio de lo que proclamamos al llamarnos cristianos.

Dice Benedicto XVI, en su Encíclica Spe salvi, número 39: “La fe cristiana nos ha enseñado que verdad, justicia y amor no son simplemente ideales, sino realidades de enorme densidad. En efecto, nos ha enseñado que Dios –la Verdad y el Amor en persona– ha querido sufrir por nosotros y con nosotros. Bernardo de Claraval acuñó la maravillosa expresión: Impassibilis est Deus, sed non incompassibilis, Dios no puede padecer, pero puede compadecer. El hombre tiene un valor tan grande para Dios que se hizo hombre para poder com-padecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre, como nos manifiesta el relato de la Pasión de Jesús”.

Verdad y amor, eso hemos recibido con la fe; eso estamos llamados a comunicar. Sirva esta Jornada para que podamos comprender el uso que debemos dar a los medios tecnológicos: debemos usarlos para el bien y debemos discernir también todo aquello que nos llega de manera casi instantánea, pues no todo trae buena intención.

Cae bien que prestemos atención también a lo que nos dice la Palabra en Mateo 15, 11: “Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella”. Dejémonos inundar entonces por la Buena Noticia del Señor, para que podamos transmitirla a los demás.

En tiempos de pandemia, lamentablemente crecieron las “fake news” y las redes de desinformación. Lo señala el Papa en su mensaje para la Jornada: “La capacidad de escuchar a la sociedad es sumamente preciosa en este tiempo herido por la larga pandemia. Mucha desconfianza acumulada precedentemente hacia la ‘información oficial’ ha causado una ‘infodemia’, dentro de la cual es cada vez más difícil hacer creíble y transparente el mundo de la información”.

Volvamos a la escucha que nos transmite la fe, la esperanza y el amor. Ahora más que nunca, seamos portadores de buenas noticias, no dejemos que la desesperanza se apodere de nosotros por difíciles que sean los tiempos.

Ojalá que podamos ser creativos en nuestras comunicaciones, al utilizar las redes sociales o los medios que llegan a nuestras manos para poder transmitir la verdad que es Cristo.