Hagamos espacio a la Palabra de Dios

“Hagamos espacio dentro de nosotros a la Palabra de Dios. Leamos algún versículo de la Biblia cada día. Comencemos por el Evangelio; mantengámoslo abierto en casa, en la mesita de noche, llevémoslo en nuestro bolsillo o en el bolso, veámoslo en la pantalla del teléfono, dejemos que nos inspire diariamente. Descubriremos que Dios está cerca de nosotros, que ilumina nuestra oscuridad y que nos guía con amor a lo largo de nuestra vida”.

De esta forma, el Papa Francisco exhortó el 26 de enero de 2020 a una lectura asidua de la Biblia. Lo hizo en el llamado Domingo de la Palabra de Dios que él mismo instituyó y que debe ser fuente de gran riqueza para nuestra vida de fe.

Nos encontramos en el mes de setiembre, el cual es dedicado en Costa Rica a la Biblia, y es una buena oportunidad para que los creyentes podamos retomar la importancia que tiene la Palabra de Dios.

En mi VII Carta Pastoral, Somos piedras vivas, en su número 29, invitaba a que la Sagrada Escritura, leída en la Iglesia, en encuentros con agentes de pastoral, en encuentros familiares, en pequeños grupos de vecinos, nos ayude a facilitar nuestro encuentro con Jesucristo.

Hermanos, esta es una tarea que no puede cesar; mucho bien nos haría compartir con los demás diferentes iniciativas como estas que les he comentado, y otras muchas más, para poder acercarnos a la lectura de la Biblia y poder tener esa cercanía con Dios.

Ya nos decía San Jerónimo que “ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”. Con cuánta verdad debemos asumir esta frase para entender la importancia vital que es alimentarnos constantemente de la Palabra de Dios.

En medio de una sociedad que busca desconocer a Dios, que quiere sacarlo de cualquier ámbito público, tenemos la responsabilidad de prepararnos de la mejor forma para hablar de él, para dar testimonio, pero no podemos hacerlo si no tenemos ese contacto primordial que se nos ofrece por medio de las Sagradas Escrituras.

“Mientras la palabra del hombre parece enmudecer ante el misterio del mal y del dolor, y nuestra sociedad parece valorar la existencia sólo cuando ésta tiene un cierto grado de eficiencia y bienestar, la Palabra de Dios nos revela que también las circunstancias adversas son misteriosamente abrazadas por la ternura de Dios. La fe que nace del encuentro con la divina Palabra nos ayuda a considerar la vida humana como digna de ser vivida en plenitud también cuando está aquejada por el mal”, nos decía el Papa Benedicto XVI en su Exhortación Verbum Domini, n. 106.

Solo conociendo esta verdad que nos revela la Palabra de Dios, podremos alimentar nuestra fe para poder vivirla a plenitud. Solo con un contacto responsable desde nuestra condición de bautizados, con esa Palabra que nos alimenta, podremos dar verdadera razón de nuestra fe, como nos invita el apóstol Pedro. Solo mediante este encuentro con Jesús, podremos dar sentido a nuestra vida, como proponía Benedicto XVI.

Aprovechemos este mes de setiembre y animémonos a darle un valor central y fundamental a la Biblia en toda situación que nos encontremos; animémonos también a dar a conocer la Biblia a los otros. Seamos portadores valientes de la Palabra de Dios, que es fuente de vida.

Fermento 180. Martes 7 de setiembre, 2021