Jóvenes, ustedes son el hoy

Hace dos años, exactamente el 6 de julio de 2019, celebrábamos en nuestro país el Día Nacional de la Juventud (DNJ); lo hacíamos con diez mil jóvenes en la Cámara de Ganaderos de San Carlos, evento organizado por la Diócesis de Ciudad Quesada.

Recordamos ese momento especial, pues julio es precisamente el mes que la Iglesia Católica en Costa Rica dedica a la juventud. Quiero recordar las palabras que dije en la homilía del DNJ de 2019: “Jóvenes, Jesús es el camino, Él nunca les lleva al precipicio y a la perdición ¡Jesús es nuestra verdad entre tanta mentira, falsedad y engaño! Jóvenes, el Señor es la Verdad, Él nunca les confunde ni mucho menos les engaña, ¡Jesucristo es nuestra Vida entre tantos signos de muerte!”.

En medio de la pandemia, sabemos las consecuencias que ha tocado enfrentar a la juventud en lo que se refiere a la educación, al acceso a empleo y, desde luego, al desenvolvimiento social al que los jóvenes estaban acostumbrados. No podemos permitir que nada de esto se vuelva normal. Hay que buscar la manera de habilitar opciones para los jóvenes y de pensar en una reconstrucción de la sociedad post-pandemia.

Hace unas semanas señalamos que la desocupación juvenil marcó, para Costa Rica, un 42,1%, siendo la mayor cifra entre los países latinoamericanos, según datos de la Organización Mundial del Trabajo.

No se puede permitir que los jóvenes se queden sin oportunidades, a ellos corresponde el futuro, de lo contrario estaríamos condenando a la sociedad. Más aún, los jóvenes son el hoy, el presente de Dios, como ha dicho en muchas ocasiones el Papa Francisco.

Precisamente, el pasado 5 de junio, el Santo Padre dirigía una reflexión sobre esta lamentable situación que enfrenta la juventud a nivel mundial. Ese día, recibió a los jóvenes miembros del Proyecto Policoro, de la Conferencia Episcopal Italiana, con motivo del 25 aniversario de su fundación.

El desempleo “es un problema de dignidad. La dignidad de las personas no procede del dinero, no procede de las cosas que se saben, viene del trabajo. El trabajo es una unción de dignidad”, decía el Papa.

Asimismo, el Papa señalaba la importancia a los jóvenes de que no dejen de soñar, de que luchen de la mano de Dios, les invitó a acompañarse, a crecer, a tener familia, precisamente para asegurar un futuro viable para la sociedad.

Más allá de un mes dedicado a la juventud, debemos pensar siempre en que si no fortalecemos el desarrollo integral de los jóvenes veremos muy reducida la capacidad del país para tener un futuro sustentable.

Como pastor de la Iglesia me dirijo a ustedes, queridos jóvenes, para que mantengan vivas sus ilusiones y sueños, para que trabajen por ser mejores, eso sí, manteniendo la mirada en el Señor que es la verdadera vida. Nada de lo que este mundo les ofrezca sustituye a Cristo.

Tal cual lo expresaba hace dos años, les invito a “jugarse la vida” por lo verdaderamente trascendente, por lo que realmente vale la pena, por lo que nos lleva a la eternidad. No perdamos la mirada en el Señor ni perdamos la esperanza en que solamente él nos da vida.

Fermento 172. Martes 13 de julio, 2021