
El próximo 22 de enero la Iglesia celebra el Domingo de la Palabra de Dios, instituido por el Papa Francisco en el año 2019.
“La relación entre el Resucitado, la comunidad de creyentes y la Sagrada Escritura es intensamente vital para nuestra identidad. Si el Señor no nos introduce es imposible comprender en profundidad la Sagrada Escritura, pero lo contrario también es cierto: sin la Sagrada Escritura, los acontecimientos de la misión de Jesús y de su Iglesia en el mundo permanecen indescifrables”, decía el Santo Padre en su Carta Apostólica Aperuit illis, con la cual instituyó esta celebración.
A veces vamos a la Santa Misa y no nos percatamos de la verdadera riqueza que encierra lo que es la celebración más importante que tenemos los católicos: la celebración de la Eucaristía como centro de la vida y acción de la Iglesia, y sin la cual no podemos vivir como creyentes.
Esta celebración del Domingo de la Palabra de Dios quiere hacernos comprender el valor e inseparable vínculo que hay entre la Sagrada Escritura y la Eucaristía. Realmente, debemos retomar este valor, darle su lugar y celebrar como corresponde la Santa Misa.
La presencia de este Domingo de la Palabra de Dios, muy temprano en el calendario litúrgico, apenas en el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario, nos inspire y nos dé la fuerza para no abandonar la celebración dominical, pero ojalá que también nos ayude a buscar la Eucaristía frecuente, y nos permita enamorarnos cada vez más de la Sagrada Escritura.
Insto a nuestras parroquias y comunidades para que puedan poner un especial acento a la celebración dominical durante este Tercer Domingo del Tiempo Ordinario; que se pueda retomar y motivar el aprecio a la Palabra de Dios. Exhorto a los sacerdotes para que puedan organizarse con el fin de resaltar esta celebración.
Todos los grupos apostólicos, de una o de otra manera, pueden tomar parte de este Domingo de la Palabra de Dios, pues, la Biblia es fuente para el servicio evangelizador que cada uno brinda en las parroquias.
Motivemos en los fieles también un especial sentido de pertenencia a este tipo de celebraciones, para que no pasen inadvertidas y se puedan vivir en familia momentos de reflexión alrededor de la Sagrada Escritura, pues la familia es la Iglesia doméstica, primer espacio donde se transmite y vive la fe.
“Como cristianos somos un solo pueblo que camina en la historia, fortalecido por la presencia del Señor en medio de nosotros que nos habla y nos nutre. El día dedicado a la Biblia no ha de ser ‘una vez al año’, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes”, nos recordaba el Papa Francisco en su Carta Apostólica.
Hermanos, estamos apenas en los primeros días del año 2023; sea entonces ocasión propicia para que nos dispongamos como buen propósito en nuestras vidas a generar una cultura que nos acerque y nos permita alimentarnos cada vez más y de una mejor manera de la Palabra de Dios, a fin de compartirla en nuestras familias y para hacerla vida en todo momento y circunstancia en que nos encontremos.
Fermento 251. Martes 17 de enero, 2023