
En pocos días tendremos la elección en nuestras manos del próximo presidente de la República y de los dos vicepresidentes, quienes gobernarán por cuatro años a nuestro país.
Con un alto abstencionismo se desarrolló la primera cita en las urnas el pasado 6 de febrero, lo cual es más que lamentable porque debilita la creencia en nuestro sistema democrático que es uno de los más respetados en el mundo.
Hemos venido hablando y reconociendo la falta de representatividad ciudadana en nuestro país, esto debemos cambiarlo; es necesario el compromiso de quienes son parte activa de los partidos políticos, como también de toda la ciudadanía que debe comprometerse en participar de la política.
Por ello, de cara a la segunda ronda electoral y a pesar de muchas fuentes de desinformación de la que somos objeto, es necesario que vayamos a manifestar nuestra madurez política ejerciendo el voto.
Medios de comunicación y partidos políticos, así como quienes aspiran de modo directo a un cargo de elección popular, o que lo obtuvieron en las votaciones del 6 de febrero, son grandes responsables de que el proceso se lleve a cabo con los más altos valores, en beneficio de toda la sociedad.
Es necesario que el país se encamine en la búsqueda de solucionar los grandes problemas: pobreza, desempleo, inseguridad ciudadana, entre otros. Para eso, durante varios meses, quienes pidieron el voto para llegar al Poder Ejecutivo o al Poder Legislativo, propusieron sus ideas y soluciones.
El país escogió los diputados y envió a dos opciones a segunda ronda, las cuales fueron las más votadas, para terminar de definir al presidente y vicepresidentes.
Precisamente, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, recibimos en la Asamblea Ordinaria CXXIII, a ambos candidatos a la presidencia. Como lo dijimos en nuestro mensaje al final de la misma: “Hemos propuesto a ambos candidatos, caminos de encuentro, a partir de una discusión sana de ideas y propuestas para solventar las principales problemáticas que acongojan a nuestra sociedad, en medio de una pandemia que ya está cerca de cumplir dos años y que ha recrudecido muchas de esas situaciones que afectan la vida de todos”.
Esta es una tarea que nunca concluye. La búsqueda del bienestar integral de toda la población, especialmente la más vulnerable, es tarea, en gran medida de quienes gobiernan.
El clamor no se hace esperar, en función de gobernantes que reflejen transparencia y capacidad; incluso la apatía política existente en nuestra sociedad hace parte de ese clamor que exige un cambio de rumbo en Costa Rica, tras varias décadas de desigualdad.
Para cerrar, y con el ánimo de que fortalezcamos nuestra democracia, hago eco de las palabras del Papa San Juan Pablo II, en su Encíclica, Centesimus annus, n. 46: “Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana”.
Ese es el camino, necesitamos que la persona humana esté realmente en el centro de quienes nos gobernarán los próximos cuatro años, si realmente queremos un mejor futuro y el fortalecimiento de nuestro Estado Social de Derecho.
Fermento 207. Martes 15 de marzo, 2022