¡Misioneros todos!

“Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.

De esta forma, el Papa Benedicto XVI en su primera Encíclica, Deus caritas est, n. 1, nos invitaba a vivir el amor de Dios de manera concreta, porque precisamente nos hemos encontrado con la persona de Jesucristo que entrega su vida para nuestra salvación. Lo propio del cristiano, por tanto, es asemejar nuestra vida a la de Cristo.

Decía en mi III Carta pastoral, Si se aman, conocerán que son mis discípulos, n. 15: “Lo específico del amor cristiano es salir de sí mismo para darse en acciones y actitudes, incluso hasta entregar la vida”.

Cuando llegamos al mes de las misiones, muchos se preguntan, ¿cómo se puede entregar la vida por lo demás?, y piensan que, por no hacerlo en una tierra lejana, no están dándose a sí mismos, ni están cumpliendo con el mandamiento del amor.

Por el contrario, todos, desde nuestros hogares… en nuestra realidad específica que nos corresponde vivir, podemos cumplir con esta entrega, podemos asemejarnos a Cristo y podemos llevar el amor de Dios a los demás de maneras muy concretas y aceptando el llamado que se nos hace desde nuestra vocación a la santidad.

“Es necesario recordar que un simple partir el pan material con los hambrientos en el nombre de Cristo es ya un acto cristiano misionero. Con mayor razón, partir el Pan eucarístico, que es Cristo mismo, es la acción misionera por excelencia, porque la Eucaristía es fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia”, nos dice el Papa Francisco en su mensaje, con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones a celebrarse el próximo 22 de octubre.

Por supuesto que muchos misioneros en el mundo dan su vida, y se gastan a tiempo y a destiempo por los demás. ¡Que el Señor les siga dando la fuerza para llevar su Palabra! Pero, nosotros también podemos apoyarlos a ellos con nuestra oración y con nuestro aporte material en las Misas del 21 y 22 de octubre en la colecta para este fin.

Asimismo, como lo señala el Santo Padre, se nos llama a vivir las distintas obras de misericordia que nos convierten en esos misioneros que vamos testimoniando el amor de Dios.

Nosotros, creyentes, especialmente católicos, una vez más hago la exhortación a que nuestro encuentro con Cristo sea realmente motivo de un cambio en nuestra vida. ¡Que se note que somos cristianos!

El Papa Francisco nos da otra recomendación, al celebrar esta Jornada Mundial, para ser misioneros, permaneciendo al lado del Señor: “Para dar fruto debemos permanecer unidos a Él (cf. Jn 15,4-9). Y esta unión se realiza a través de la oración diaria, en particular en la adoración, estando en silencio ante la presencia del Señor, que se queda con nosotros en la Eucaristía. El discípulo misionero, cultivando con amor esta comunión con Cristo, puede convertirse en un místico en acción”.

¡Que el Señor nos dé la gracia para que podamos dar frutos al encontrarnos con él, para reflejar su amor y anunciar la Buena Noticia como verdaderos misioneros!

Fermento 288. Martes 3 de octubre, 2023