
Al llegar a 388 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, pidamos cada día, con más fuerza, que siga intercediendo por esta nación que le ama y que tanto necesita de seguir siendo acompañada de su maternal protección.
Como verdadera madre, la Virgen quiso estar entre nosotros; por casi cuatro siglos sus gracias dan constancia del amor que tiene para sus hijos, al tiempo que hay incontables testimonios que reflejan las profundas raíces de fe y esperanza que tenemos en la Madre de Dios.
Se nos llama, ahora más que nunca, a vivir con coherencia nuestro ser cristiano, y a demostrar los valores que han calado a lo largo de tantísimos años en la construcción de nuestra sociedad, de la mano de la Virgen de los Ángeles, Patrona de Costa Rica.
La devoción que tenemos a “La Negrita” es expresión de fe de un pueblo confiado al amor fiel de su madre: ella intercede siempre por esta nación ante el Señor.
En medio de una verdadera emergencia que vivimos alrededor de la criminalidad que golpea a nuestro país, pidamos la protección de nuestra Madre, imploremos a Dios que cese esta violencia que no tiene piedad y que atenta contra la seguridad y paz social, de la cual, muchos años nos preciamos bajo la bandera blanco, azul y rojo.
El sentimiento de inseguridad se apodera cada vez más de nuestras familias y comunidades, por lo que pedimos soluciones oportunas a las autoridades competentes y que tienen en sus manos las decisiones sobre este delicado tema.
Pongamos en manos de Dios, y mediante la intercesión de la Reina de los Ángeles, esta particular intención con el fin de retomar la paz en nuestro país y acabar con esta atroz violencia que nos golpea cada día.
Al mismo tiempo, como lo decía, pongamos de nuestra parte, para vivir nuestra fe y que se vea reflejada en nuestras acciones; que se ponga de manifiesto realmente en nuestra condición de hijos de Dios.
Decía el Papa Francisco en Audiencia General el 27 de febrero de 2019: “Dios es santo, pero si nosotros, si nuestra vida no es santa, hay una gran incoherencia. La santidad de Dios debe reflejarse en nuestras acciones, en nuestra vida. ‘Yo soy cristiano, Dios es santo, pero yo hago tantas cosas malas’; no, esto no vale. Esto también hace daño, esto escandaliza y no ayuda”.
Permitamos que el testimonio de María, siempre fiel y obediente al Señor, sea inspiración para caminar como verdaderos creyentes que vivimos la fe de manera decidida, siendo luz en medio de la sociedad.
Tengamos la valentía de la Virgen que, en todo momento, más aún en aquellos momentos de dificultad, siempre estuvo al lado de su Hijo. ¡Imitemos su ejemplo!
Imploro también la bendición para los cientos de miles de peregrinos que caminan cientos de kilómetros para llegar a los pies de “La Negrita”; que en lo profundo de sus corazones guardan esperanzas y agradecimientos al Señor. Que su fe siga renovándose y pueda dar testimonio verdadero del poder de Dios.
¡Nuestra Señora de los Ángeles, ruega por nosotros!
Fermento 279. Martes 1 de agosto, 2023