O somos hermanos o perdemos todos

El Papa Francisco ha publicado un video mediante el cual expone su intención de oración para este mes de enero: acabar con la persecución y la discriminación religiosa.

“Recemos para que todas las personas que sufren discriminación y persecución religiosa encuentren en las sociedades en las que viven el reconocimiento de sus derechos y la dignidad que proviene de ser hermanos y hermanas”, expresó el Santo Padre en su mensaje.

Recordemos que la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce y asegura que todos tenemos derecho a nuestras propias creencias, a tener una religión, o a no tener ninguna, incluso a cambiarla.

Este derecho incluye “la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”, dice el artículo 18 de la Declaración.

Lamentablemente, como lo expone el Papa, muchas personas en el mundo sufren discriminaciones y persecuciones “simplemente por profesar públicamente su fe”.

Es “inaceptable”, “inhumano”, “es una locura”, ha dicho con fuerza Su Santidad.

Más lamentable aún es ver que este tipo de violencia es cada vez más frecuente, impulsado por una serie de ideologías que desconocen a la religión como parte de la naturaleza, de la dignidad del ser humano, o relegar la experiencia religiosa a un ámbito privado o escondido para su práctica.

En medio de la sociedad, las diferentes culturas y costumbres que tienen las personas, es importante hacer este llamado a la paz, al respeto y a la tolerancia. En un verdadero espíritu de libertad religiosa, también respetamos a las personas no creyentes.

Así como otros derechos humanos, la libertad religiosa debe permitir y garantizar a toda persona que la ejerce, un clima de paz y respeto, para que pueda manifestar su creencia en público o en privado, de manera individual o con otras personas.

Tristemente, también hay que reconocer que la religión ha sido utilizada para provocar odio, violencia y división en muchos momentos de la historia; evidentemente esto es un abuso inaceptable.

Como bien señala el Papa Francisco en su Encíclica Fratelli tutti, n. 281: “Entre las religiones es posible un camino de paz. El punto de partida debe ser la mirada de Dios. Porque Dios no mira con los ojos, Dios mira con el corazón. Y el amor de Dios es el mismo para cada persona sea de la religión que sea. Y si es ateo es el mismo amor”.

Que esta intención de oración, que ha presentado el Papa para el mes de enero, la podamos elevar con fuerza al Señor, a fin de que podamos poner en práctica en la sociedad el respeto, el diálogo y la verdadera tolerancia, para ser generadores de paz en un mundo que lo necesita.

¡Que no haya más víctimas por persecución o discriminación religiosa! Ese debe ser el clamor. Que busquemos entre todos el modo de encontrar caminos de unidad y fraternidad; y que podamos promover y fortalecer la dignidad del ser humano y valorarlo, pues como lo dice el Papa: “o somos hermanos o perdemos todos”.

Fermento 199. Martes 18 de enero, 2022