
Mensaje para el Acto Cívico del 14 de setiembre de 2023.
Parque de Ciudad Quesada, 6:00 p.m.
Celebramos un año más de vida independiente en Costa Rica y lo hacemos con la conciencia puesta en Dios, que nos ha permitido la bendición de nacer en una tierra que ha privilegiado los valores cristianos y morales, que ha respetado la vida humana como sagrada y que ha hundido sus raíces en favor de un Estado social de derecho.
Me complace compartir, una vez más, este acto cívico en el cantón de San Carlos, el más grande del país y el cual también se ha forjado mediante el esfuerzo de sus habitantes por el bien común y el desarrollo integral de la persona humana.
Por supuesto que la celebración de un aniversario de nuestra Independencia es un motivo para comprender los desafíos que se nos presentan para seguir protegiendo y promoviendo esta libertad de la cual gozamos bajo los colores blanco, azul y rojo de nuestra bandera.
Desde luego que es también una oportunidad para agradecer, para sentirnos orgullosos de ser costarricenses y para continuar enalteciendo los valores patrios que todos compartimos.
Asimismo, en momentos de dificultad, todavía reponiéndonos de una extensa pandemia que trajo mucho dolor a nuestra nación y a nuestro cantón, es cuando debemos volver nuestra mirada al pasado, para retomar esos valores fundantes de Costa Rica que la convirtieron en una nación modelo para el mundo, a fin de salir adelante de las secuelas de la pandemia.
Es momento de que se tomen decisiones y de que trabajemos juntos para superar los índices de pobreza y desempleo que todavía tienen a muchos de nuestros hermanos sin posibilidades de acceder a una vida digna. Debemos luchar también por una mejor educación y por promover la familia.
Este es un momento urgente para recuperar la seguridad y la paz en el país, cuando está siendo afectado grave y dolorosamente por una crisis de violencia y criminalidad sin precedentes. Hay que tomar acciones concretas a nivel nacional, local, comunitario y familiar para recuperar el respeto, la concordia, la seguridad y la tranquilidad.
Corresponde, además, combatir una serie de ideologías que lamentablemente quieren penetrar en nuestro país y destruir la vida humana. Tenemos que ser valientes para defender nuestra Patria, y seguir siendo esa nación que defiende a todos sus hijos sin distinción de raza, credo o condición social.
Vivimos en un país que ha respetado la libertad religiosa, que mayoritariamente cree en Dios, y por ello nos encomendamos a él en esta celebración de vida independiente.
Quiero hacer eco de lo siguiente: el próximo año se cumplen 200 años desde que Nuestra Señora de los Ángeles fue declarada patrona de Costa Rica, por la Asamblea Constituyente del entonces Estado de Costa Rica, y se cumplen 100 años desde que el Congreso de la República renovó dicha declaratoria en 1924. Esto también es motivo de orgullo porque nos hemos sentido bendecidos y agradecidos por la presencia de nuestra Madre del cielo, que nos ha acompañado en esta sociedad democrática, libre e independiente.
¡Dios bendiga a nuestro cantón y a nuestro país! Celebremos, agradecidos, este don que hoy conmemoramos de ser una nación libre e independiente.
Muchas gracias.