
La Parroquia Catedral de Ciudad Quesada se dispone a celebrar la fiesta patronal en honor de su patrono, San Carlos Borromeo (1538-1584), pastor fiel y solícito que testimonió con su vida el cumplimiento del Evangelio con auténtica caridad pastoral. San Carlos es también patrono de nuestra Diócesis de Ciudad Quesada.
La fiesta patronal es un momento importante y propicio para renovar nuestra fe y confianza en el Señor, para retomar nuestro compromiso apostólico con la Iglesia y nuestro firme propósito de imitar la vida del Santo que celebramos. Por consiguiente, no puede quedar como una fiesta pasajera u ocasional, sino como un compromiso de fe que se traduzca en nuestra vida y experiencia eclesial.
En el caso de San Carlos Borromeo, luego de más de cuatro siglos y medio, su vida nos sigue iluminando y edificando como modelo de creyente, servidor y pastor. Nos sigue retando y desafiando con su vida, testimonio y modelo de santidad. No podemos quedar como simples espectadores de frente a las virtudes que lo llevaron a la santidad.
Dentro de los numerosos ejemplos que nos da nuestro santo patrono, podemos mencionar el impulso a la formación catequística, el amor y dedicación en la formación de los futuros pastores de la Iglesia, la caridad con los pobres y enfermos, la promoción de la disciplina y las buenas costumbres en la comunidad, la animación de la vocación común de todos a la santidad.
Con su testimonio, mostró su amor y entrega incluso para con sus enemigos y también su caridad de padre en medio del azote de la peste en su época.
Carlos Borromeo soportó dificultades, pruebas, envidias, persecuciones, rechazos y toda clase de sufrimientos por Cristo y por la Iglesia.
A eso se nos llama hoy, a vivir según los principios del Evangelio y las convicciones propias de nuestra fe. Acá no cabe una doble vida para profesar nuestra fe y actuar de distinto modo. Es con las actitudes de vida que manifestamos nuestro ser cristiano.
En noviembre de 2010, en el marco de la celebración del cuarto centenario de la canonización de San Carlos Borromeo, celebrada el 1 de noviembre de 1610, el Papa Benedicto XVI manifestaba: “el ejemplo de San Carlos nos impulse a comenzar siempre por un compromiso serio de conversión personal y comunitaria”.
Por medio de un mensaje dirigido al arzobispo de Milán, cardenal Dionigi Tettamanzi, el Santo Padre señalaba entonces que “en tiempos sombríos por numerosas pruebas para la comunidad cristiana, con divisiones y confusiones doctrinales, con el oscurecimiento de la pureza de la fe y de las costumbres y con el mal ejemplo de varios ministros sagrados, Carlos Borromeo no se limitó a lamentar o a condenar, ni simplemente a desear el cambio de los demás, sino que empezó por reformar su propia vida”.
En los tiempos de relativismo que vivimos, es momento de que como San Carlos podamos brindar un testimonio de coherencia que permita a otros ver que somos fieles a la obra del Señor.
En las circunstancias actuales no podemos claudicar; pongamos nuestra esperanza en aquel que no defrauda (Romanos 5, 5), para que nos permita vivir conforme a su voluntad, y así nunca contradecir ni renunciar al mensaje de salvación que se nos ha dado.
Fermento 239. Martes 25 de octubre, 2022