
Viernes de la V Semana Tiempo Ordinario 2023, Santa Escolástica, virgen.
Rito de admisión a las órdenes sagradas de Donaldo Alfonso López Novoa. Viernes 10 de febrero, 6:00 p.m.
Hermanos todos en el Señor:
Quisiera compartir con ustedes dos pensamientos en esta reflexión que dirijo a ustedes en el contexto de la memoria de Santa Escolástica, virgen. El primer pensamiento sobre la palabra de Dios proclamada; y el segundo sobre la admisión de las órdenes sagradas de Donaldo Alfonso López Novoa, motivo que nos ha reunido esta tarde-noche acá en Catedral.
Desde el inicio de esta semana, hemos venido escuchando el libro del Génesis, el cual ha puesto en evidencia la maravilla y bondad de la obra creada por Dios, la cual tiene como centro y culmen la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. Esta semejanza radica esencialmente en la capacidad que Dios nos ha dado de vivir en comunión con él desde la experiencia del amor divino. Por tanto, además de ser la corona de la creación, y por ello reflejo de Dios, el ser humano tiene capacidad de vivir en relación continua con él, experiencia que le da pleno sentido y es a la vez la razón de su existencia.
El texto de la primera lectura de hoy, nos ha narrado la caída de nuestros primeros padres. Más allá de la serpiente y del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, el primer pecado de la humanidad consistió en querer independizarse de Dios y ponerse en su lugar, ser como Dios. Es decir, se trata del pecado de la soberbia y del orgullo, la tragedia de la ruptura y del alejamiento, el drama de prescindir de Dios y vivir autónomamente. Consecuencia de esta ruptura: la pérdida de sentido y perspectiva, porque precisamente el ser humano fue creado para vivir en comunión y relación con Dios.
Asimismo, como consecuencia de la primera caída entró el mal, la enfermedad y la muerte en el mundo y en el ser humano. Para sacarnos de ese estado de precariedad y muerte, el Padre envió a su Hijo para sanar, redimir y salvar. Es lo que nos muestra el evangelio de San Marcos que acabamos de escuchar: Jesús sana y libera al sordo y tartamudo que le llevaron; hizo contacto físico directo con él, toca sus oídos y su lengua con saliva; y orando exclama y ordena que se abra aquella situación de cerrazón y aislamiento que ese hombre tenía. Jesús ha venido a tocar directamente nuestra realidad humana muchas veces marcada por el mal, la enfermedad y el pecado. Ha venido a abrirnos el camino hacia Dios, a su amor y salvación, librándonos de las ataduras del mal, el dolor y el sufrimiento. Y lo hace como parte del ejemplo que nos da de hacerlo todo bien, según el designio de Dios.
Celebramos el rito de admisión a las órdenes sagradas de un seminarista nuestro, Donaldo Alfonso. Este es un motivo de alegría y esperanza para nuestra Iglesia Particular de Ciudad Quesada. Ojalá sea también un estímulo y una motivación vocacional para muchos jóvenes de nuestra diócesis para responder y comprometerse con el Señor y con la Iglesia.
Donaldo, hoy la Iglesia te da un voto de confianza al tomarte en cuenta formalmente como candidato para recibir en el futuro las órdenes sagradas. Asumo que eres consciente de este paso que das y de la responsabilidad que asumes ahora y a futuro. Te dejo tres resonancias para tu reflexión, oración y experiencia vocacional: 1.- Vive una relación muy cercana y personal con Jesús, déjate tocar y transformar por él, ábrete al amor y a la salvación que él nos da. 2.- Imita al Señor, trata de hacerlo todo bien en tu vida y experiencia vocacional, al menos inténtalo siempre. 3.- Aprende de Santa Escolástica, virgen y consagrada al Señor, a amar a Dios con un amor puro y a experimentar siempre las delicias de su amistad. Por supuesto que todo esto que he dicho es válido para nuestros demás seminaristas.
El alimento de la Eucaristía nos ayude a vivir siempre en comunión con el Señor para dejarnos renovar y transformar por él, esforzarnos por hacer bien todo según su voluntad y vivir siempre en amistad y relación de amor con él a semejanza de Santa Escolástica.